Vietnam, te amo (y 10): Encantado de haberte conocido

El último día en Hanói lo dedicamos a visitar los puntos de interés que han quedado pendientes.
Atravesamos un mercado, en el que un tipo se me acerca para preguntarme dónde voy y tratar de orientarme. Hay algo en él que no termina de convencerme, aunque quizás me equivoco. María parece haber captado las mismas señales pero intensificadas, pues con apremio y nerviosismo me interpela para que me despegue del susodicho y abandonemos cuanto antes el lugar.
En The Note Coffee tomo el penúltimo café con huevo del viaje. Está regular; sabe a natillas. María prueba el café con coco: irrelevante.
Damos un paseo por el Barrio Francés. Entramos en un centro comercial tan lujoso como vacío.
En un restaurante con vistas a la calle comemos una sopa pho y unos rollitos de papel de arroz do it yourself: sabor curioso, aunque no extraordinario.
Visitamos una librería/cafetería de estilo bohemio, bien abastecida.
Nos acercamos al templo de Ngoc Son, en el lago Hoan Kiem.
Exprimiendo ya nuestras últimas horas en la ciudad, franqueamos el acceso a la célebre calle de la vía de tren y tomo —ahora sí— mi último ca phe trung en Vietnam.
El balance del viaje es muy positivo. Mejora mis ya elevadas expectativas.
Vietnam, te amo desde hace tiempo. Día y noche, desde hace mucho tiempo.
Dentro de dos semanas nos vamos a la India.
2023-03-20